Cuando veo fotografías de guerras en los medios informativos, me invitan a la reflexión. A veces, observo un tanque que representa el horror y la destrucción, al lado de un soldado que ora. Reflexiono: ya que lo que mis ojos captan, me conduce a hundirme en los recuerdos e historias de muchos pueblos, en su religión, en su etnocentrismo y, en general, en su cultura.
Cuando tenemos en nuestras manos El Corán, El Viejo o El Nuevo Testamento u otros libros sagrados, los cuales nos sumergen en lo espiritual… Encontramos en sus escritos las normas sagradas de: “No matarás.” ¿Ese soldado implora buscando encontrar el valor para lo que va a hacer instante después o está buscando fuerza para poder pelear?... ¿O ese integrante de cualquiera religión, o partido se nutre de su filosofía para matar a inocentes sean ellos: hombres, mujeres, ancianos y niños? ¿Es temor a perder su vida, o es el temor a Dios? ¿O forma parte de un momento de arrepentimiento? ¿O son planes divinos? Pero, hay muchas filosofías, religiones o partidos políticos que con los libros de sus ideologías y siempre pensando que están en lo cierto y que tienen la verdad, han cometido muchos crímenes.
Así lo vemos en diferentes teologías o ideologías, en las cuales, el espíritu guerrero, lo conduce a un trance de lo humano a lo inhumano. Por momento es un ángel, no quiere hacer daño, pero al mismo tiempo, su “dios o líder” le dice que tiene que actuar y en nombre de su divinidad, o de su ideología, a veces, se coloca una bomba en su cuerpo y sube a un autobús o un lugar público y la hace explotar. Él quiere ser partícipe de una misión divina ligada a la historia santa o política. Su conciencia le ordena, que tiene que matar… o se concentra para que salgan misiles, los cuales, caen a varios kilómetros, arruinando las vidas de quienes a veces ignoran el conflicto... o desde un avión bombardear tranquilamente ciudades enteras, con los estandartes y sus iconos, sus emblemas, banderas, escudos u otro símbolo y, va a devastar orgulloso de pertenecer a una religión, partido político, país o filosofía.
Cuando revisamos La Biblia, encontramos que las invasiones de ciudades están determinadas por el mandato divino. Jericó fue tomada después que las trompetas de Josué sonaron siete veces y los muros cayeron. ¿Están ligados los dioses al cambio?, ¿O es el hombre que involucra a los dioses?, y así, él, liberarse de la culpabilidad, ¿O es el pretexto para las transformaciones sociales en lo económico, cultural o religioso… o del paso de la vida nómada a la vida sedentaria? Unos porque eran politeístas, y los otros, monoteístas. Unos sedentarios y, otros, nómadas. Unos agricultores y, otros, pastores; el conflicto de Caín y Abel (uno pastor y el otro agricultor) es un ejemplo, o el problema entre los que tienen un mineral, como el petróleo. Los documentos de la historia están llenos de combates, de muertes, de odios, de éxodos, de dolor…como también, de intercambios.
Encontramos los conceptos: “yo soy elegido”, “mi religión es la verdadera”, “mi partido es el mejor,” “yo soy el líder, y mi filosofía es la universal”, “te salvarás con la mía y tendrás vida eterna y mejor confort social y, si no crees en la mía, te destruyo, porque los dioses o los líderes están conmigo y mi filosofía y mi partido son los mejores”.
Ayer y hoy, y como siempre, las guerras están en la historia de los pueblos y aun antes de la escritura continuamente hubo combates y conflictos... El Papa Urbano II preparó la primera Cruzada cristiana. En 1099, partieron hacia Jerusalén y en ese largo camino mataron a los judíos u otros, que ellos consideraban que eran infieles o herejes. Y en nombre, de Cristo mataron y saquearon. Sin embargo, Cristo había manifestado el amor y la compresión hacia los otros pueblos. Jesucristo habla de amor y de tolerancia. La Edad Media occidental, dio la Santa Inquisición. Y así, fue en América india, donde los aborígenes se “convirtieron” a la fuerza, y otros, fueron masacrados. Ellos tenían dioses diferentes, pero también amantes de sacrificios y de matanzas. Sin olvidar, el conflicto entre protestantes y católicos siglo XVII y, la expulsión y masacres de protestantes (hugonotes), en Francia, por los cristianos, como también, hace años los combates entre protestantes y católicos entre Irlanda e Inglaterra.
El hombre mata en nombre de los dioses olvidándose que lo humano forma parte de lo sagrado. Pero es principalmente de esta manera, cuando el fanatismo se apodera de las personas en su esencia y el odio es el cóctel o combinación que enceguece y alimenta las pasiones.
Hoy, una tarde con un bello cielo lleno de infinitas gamas de colores azules...pienso que el humano se aparta de lo sagrado para caer en la maldad, en lo banal, en lo material y por intereses económicos, políticos, culturales, religiosos o de espacios de tierra se pierde, él mismo. Cree que es sólo su visión la válida, olvidándose que sus semejantes son un reflejo de lo que es él, si da amor y amistad, recibirá lo mismo, y si da odios y violencia, recibirá el eco de esa misma manera. Sin embargo, a veces, y en los mayoría de los casos son los mismos hombres que se construyen sus rencores, sus egoísmos, y especulan que son los dioses o guías espirituales o políticos que les ordenan pelear, sin embargo, algunos han estimulado odiar y matar para asombro y desgracia de la humanidad...
Reflexiono que a veces hay otros puntos de vistas y, solamente tenemos que aceptar que somos culturalmente diferentes con otras poblaciones, religiones, partidos políticos y filosofías. No obstante, somos totalmente humanos a pesar que hay momentos que nos alejamos de la esencia como seres pensantes y con el fanatismo nos llenamos de odios, demoliendo nuestra espiritualidad y dejamos que el aborrecimiento, el egoísmo y nuestro deseo de dominación y poder llene nuestros pensamientos con la maldad y antipatías, arruinando lo sagrado que hay en cada uno de nosotros y, se nos olvida que lo más importante es el amor, la paz y la tolerancia hacia el prójimo...
Esteban Castillo estebancastil26@hotmail.com
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