GUERNICA Y PICASSO

Guernica y Picasso
El gobierno español viene de hacerle un pedido, quieren un gran mural para la Exposición Internacional a celebrarse en París; Picasso se siente incomodo, no le gustaba trabajar de esa manera.
Ha realizado unos dibujos, pero no está claro ni definido el tema, y tras, haber estado dudando, piensa que será dentro de la serie: “El pintor y la modelo”...
Y el 26 de abril de 1937, los aviones alemanes de la “Operación Cóndor” dejan caer ,durante horas, toneladas de bombas sobre inocentes personas. La gente corre, huye por las calles, se esconden debajo de los puentes, detrás de los árboles, pero los pilotos desde sus “aparatos metálicos” ametrallan sin piedad a las personas que huyen desoladas. Horas después: mujeres, ancianos, niños, caballos, toros, ovejas, reses y pájaros han dejado de existir; mientras los hombres, habitantes de Guernica, luchaban en el frente de batalla y en pocos horas el poblado no es más que escombros, llamas, desolación, muertos, heridos, dolor y tristeza....
Picasso, al ver el día 1 de Mayo en el vespertino Ce Soir, las imágenes en blanco y negro del bombardeo, inmediatamente, le viene la idea y corre a su taller. Lo espera una superficie de un lienzo de 354 x 782 cms. Hace dibujos preparatorios y otros más, y cuantiosos bosquejos de figuras... Mujeres que lloran desesperadas, figuras retorcidas de caballos y de toros... y de repente con gran fuerza, va dejando plasmado en la tela figuras del desastre, de la hecatombe, del bombardeo, del dolor... mientras su nuevo amor Dora Maar hace clic con su cámara, dejando un documento en imágenes del desarrollo del Guernica.
Empezó el 1 de mayo, el 8 introdujo la madre y el caballo y trabajó hasta el 4 de Junio. En seis semanas dejó terminado el cuadro, el cual, es un documento contra la barbarie humana. Mujeres que lloran con un gesto de desespero gritan el dolor con sus hijos muertos en los brazos. El soldado muerto con su espada rota, el toro que mira sorprendido con sus grandes ojos, y el caballo herido que se retuerce en medio de fragmentos de sufrimientos, mientras, al fondo, en la penumbra una paloma herida con el pico abierto soporta el mal...
La escena no se sabe dónde se desarrolla, si es al aire libre o en medio de los escombros de las casas, y una bombilla alumbra, símbolo de la modernidad, y una figura sostiene una lámpara en la mano como dando esperanza a la humanidad. Formas que asemejan llamas, retazos de cosas y la catástrofe de las personas, de los que horas antes, habían estado en esa multitud que se encontraba en el mercado y que fueron masacrados (Interpretaciones que cada quien hace frente a la obra). Sin embargo, el cuadro pasa de ser un cartel-mural de grandes proporciones, de un mural pedido por el gobierno republicano español se transforma en un manifiesto y se convierte, a través de los años, en un ícono de protesta contra la guerra y en contra de las masacres a los inocentes y, al mismo tiempo, en una de las pinturas más importantes y conocidas del maestro español.
Cuando en 1964 visité Nueva York, sabía que Guernica se encontraba en el Museo de Arte Moderno ( MOMA) y fui hasta allá; de repente, al encontrarme frente a ese gran cuadro: ¡sentí una gran emoción! Conocía la obra por ilustraciones en los libros. Las proporciones, la manera como fue resuelto me llenaban de asombro, y sentí en mi cuerpo una sensación de que estaba viendo algo que yo entendía y conocía. Obra que fue realizada en pocas semanas, pero el autor, cuando la pintó, ya tenía más de cuarenta años pintando, cuando se enfrentó a ese gran reto.... Había dejado ahí, todo su conocimiento, todas sus experiencias y el gran dominio de dibujante, y si nos regresamos a tiempos pasados, y observamos la obra “Ciencia y Caridad” o la “ Primera Comunión”, cuando apenas era un adolescente, encontramos ya a un pintor que domina el dibujo, que tenía un puesto asegurado dentro del arte. En ese momento firmaba los cuadros como Ruiz Picasso, pero los años pasaron y quiso ser y llamarse Picasso; violentó todo lo que había aprendido, copió, rompió, fragmentó, pintó como un clásico, como un surrealista, como un niño, y cuando llegó frente a esa gran tela nos dejó, ahí, todas sus fuerzas, sus conocimientos. Su mano fue construyendo, armando, edificando, borrando, suministrando formas, y como si fueran fragmentos de cuadros, fue montando y uniendo todo su saber, su sensibilidad de artista quedaba grabada en la tela. Es por eso, que hoy día, Guernica siempre esta vigente. Es el cuadro que transmite un mensaje, nos alerta contra la barbarie, sin ser panfletario...
Después la Segunda Guerra mundial con millones de muertos, bombas que cayeron en Nagasaki, Hiroshima y años después en la Guerra de Corea... donde también Picasso realizó un cuadro donde vemos soldados armados y como formas mecánicas y, cual robot, disparan contra: hombres, mujeres y niños. Han pasado los años, ahí, está Guernica como testimonio del día 26 de Abril de 1937... Pero, las bombas siguieron cayendo en Vietnam, Líbano, Israel-Palestina, Irak y en otros pueblos sobre inocentes...¿cuántas Guernicas hay en cada amanecer.?
Hoy está, donde Picasso quería que estuviera, cuando fuese España un país democrático... Hoy las paredes del Museo Nacional de Arte Reina Sofía, en Madrid, alberga tan admirable obra, para el beneplácito de los españoles y de la humanidad...
Picasso siguió pintando. Nuevos amores, nuevas pinturas van a enriquecer y llenar sus talleres. Ya es rico, exposiciones por diferentes países, llegan recientes romances y los años pasan y aquel pintor que en los primeros años del siglo veinte, cuando vivía con Fernande de Olivier y que en esos míseros talleres del Bateau – Lavoir, llegó a ser uno de los pintores que abrió muchos caminos en el arte, como el cubismo, en las cuales, las lecciones de Paúl Cezanne , la escultura negra y todos los grandes maestros pasaron por el filtro de su creatividad y con sus manos, su saber y sus irreverencias dejarnos obras maravillosas e importantes, entre ellas: “Señoritas de Aviñón” y sobre todo, ese gran documento escrito con formas y con una gama de negros, grises, azules y blancos, como lo es Guernica... y las imágenes que Picasso vio esa tarde en el periódico Ce Soir; fue el detonador para comenzar a trabajar en tan grandiosa obra y hace ya 70 años...

Esteban Castillo